Ecuador

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos - Escrito por nuestra amiga Lupita Ruiz-Tolento

El museo Guayasamín de Quito es una forma cautivadora de conocer la historia social y política de la región. La dramática representación que hace el famoso artista de los pueblos oprimidos de América Latina despierta el interés de los visitantes. Y más allá del arte, el propio artista encierra una historia que merece la pena conocer. Estos son los detalles menos destacados, pero tan divertidos y sugerentes, como sus emblemáticos cuadros.

En el interior de la casa de Oswaldo Guayasamín, situada en lo alto de una colina en el norte de Quito, una obra de arte muy especial se incorporó a su colección personal en 2016. Se trata de un retrato de una familia de pandas en lo que presumiblemente es un bosque de bambú. Fue un regalo de la primera dama de China a sus hijos, que gestionan la Fundacióncomo muestra de agradecimiento por el legado de su padre. Esta obra de arte surgió al terminar nuestra visita a su casa, y no es en absoluto representativa ni alusiva a su arte. Reflexionamos sobre ello mientras salíamos al patio, hacia el árbol gigante donde se esparcieron sus cenizas en 1999. Y entonces caímos en la cuenta. 

 

El cuadro de los pandas nos pareció un poco fuera de lugar, pero reflejaba el alcance y el respeto que la obra de Guayasamín ha cosechado en todo el mundo. Su propio arte eclipsa a su curiosa y ecléctica personalidad. Si no hubiéramos hecho las preguntas adecuadas y no nos hubiéramos dejado llevar por la narración biográfica de nuestro guía, o

uestra fascinación se habría quedado en los confines de sus cuadros. Así que si piensa visitar este museo (y cualquier viajero que anhele una dosis de historia local debe), Takiri le anima a mirar más allá de las pinturas para considerar al hombre detrás del arte más emblemático de Ecuador. 

En esta visita, nos propusimos recopilar algunos detalles divertidos sobre el artista y el museo que normalmente no se dan a conocer a los visitantes. El legado vivo de este artista de fama regional nos llenó de energía y de curiosidad por la vida y el compañerismo que lo inspiraron. Estos detalles desmitifican la figura del artista, hacen que Guayasamín sea cercano y elevan su relevancia. De ser el artista más importante de Ecuador, pasa a ser un ser humano lleno de contradicciones y existentia.l como el resto de nosotros. Estas son nuestras conclusiones más interesantes: 

1. Era ateo y fanático del arte religioso: Cuando uno visita su casa, casi se pregunta si intentaba emular La Última Cena. Alrededor de la larga mesa del centro, las paredes y las salas están adornadas con figuras, esculturas y cuadros que parecen salidos directamente de las numerosas iglesias y monasterios de Quito. Era un ateo estricto, pero su aprecio por el arte religioso era quizá su mayor obsesión como coleccionista. Este detalle es aún más interesante si se tiene en cuenta la influencia religiosa de algunos de sus cuadros: ¿se burlaba de ella, la apreciaba o simplemente adoptaba sus motivos? 

2. Tuvo una vida amorosa bastante agitada: Y la única razón por la que sacamos el tema es porque él se lo está buscando: la galería de su casa incluye muchas obras de arte dedicadas a su primera esposa, Maruja Monteverde. Es la única de sus tres esposas que está representada artísticamente. Otra de sus esposas escribió un libro incriminatorio sobre él titulado, Una Luz Sin Sombraso "Una luz sin sombras", en la que expone un lado más bien oscuro del artista, que por lo demás gozaba de una imagen cálida. Tuvo siete hijos en total con dos de sus esposas, y juntos dirigen el espectáculo que hay detrás de este museo privado y fundación.

3. Su círculo social era bastante extraordinario: Las amistades de Guayasamín iban desde otros artistas de renombre regional hasta figuras políticas mundiales. En la larga mesa de su casa se sentaron Fidel Castro, Pablo Neruda y Gabriel García Márquez. Su arte está inseparablemente ligado a la agitación política de la que fue testigo durante su vida. Estas amistades reflejan su participación en una importante cohorte de figuras literarias, artísticas y políticas que resistieron a las fuerzas dominantes de finales del siglo XX. Conocer su íntima conexión con estos iconos latinoamericanos nos proporcionó otro ángulo desde el que apreciar su perspectiva.

4. Recorrió América Latina como mochilero antes que el Che Guevara. Antes de que el Che Guevara se subiera a su motocicleta para emprender lo que se convertiría en el viaje de todo mochilero por América impulsado por la justicia social, Guayasamín hizo precisamente eso en 1945. Su viaje no recibió tanta atención, pero creó las experiencias que se manifestarían en su arte. Le permitió conocer de primera mano la lucha de clases en la región, a la que llamó "El Camino del Llanto". Nos pareció estupendo que tuviera corazón de viajero.

5. Era un amante del espacio personal y creó su propio lugar de enterramiento. Diseñó personalmente su casa para que él fuera la única persona que residiera en ella, con habitaciones para invitados en la periferia. ¿Y ese árbol gigante en el patio principal? Lo plantó él mismo, lo que también fue muy intencionado: quería que sus cenizas se esparcieran allí. Parece que toda esa energía creativa requería tiempo a solas. Lo que sabemos con certeza es que Guayasamín era un lobo solitario de corazón, y que prosperaba en soledad. 

Curiosidades aparte, este museo es quizá una de las aproximaciones más cercanas del mundo a una auténtica Casa-Museo. En conjunto, representa el estudio, el hogar y la visión del artista. La presencia de Guayasamín es palpable: uno puede imaginárselo deambulando por los pasillos y pintando en su estudio el día anterior. Y cuando salgas a su patio, donde vive su espíritu, tendrás un nuevo filtro a través del cual apreciar Quito y los Andes circundantes, su musa artística. 

A continuación le indicamos algunos aspectos que debe tener en cuenta al planificar su visita: 

  • Está ABIERTO todos los días de 10.00 a 17.00 horas (excepto fiestas regionales y nacionales)
  • El precio es de $8 para adultos; $4 para estudiantes (con acreditación), personas mayores y visitantes con discapacidad; los menores de 12 años entran gratis.
  • Sugerimos llevar lo siguiente: una cámara, dinero en efectivo (para propinas y café)
  • Duración de la visita: Aproximadamente 2 horas
  • Cómo llegar: 
    • Los taxis están casi obligados a saber dónde está este museo, por lo que deberían saber dónde llevarle cuando se lo mencionen. Como referencia, un taxi desde el casco antiguo hasta el museo cuesta $4-5. 
    • Ecovía: Bájate en Bellavista, luego camina una cuadra hacia el norte hasta la calle José Bosmediano. Gire a la derecha en Bosmediano, y luego gire a la derecha en la calle Mariano Calvache (será cuesta arriba y un paseo de unos 20 minutos). La calle Mariano Calvache le llevará directamente al museo, que estará a su derecha.